miércoles, 4 de octubre de 2017

No por ser bueno siempre te pasaran cosas buenas

Sin tener a la religión como el ojo que todo lo ve de los actos que realizo en mi vida
siempre tuve la costumbre de actuar, de ser y de decir las cosas manteniendo la simple forma de ser de un tipo bueno, creo que pensar que soy un buen tipo al menos eso note por la devolución de los actos de los demás a mi persona de esa manera encarrilando mis actos de la mejor forma posible respetando a mis semejantes es una aptitud arraigada con migo desde mis primeros días al interactuar con la sociedad en su conjunto

Mucho tiempo después aunque se diga que nunca es demasiado tiempo para casi todo en la vida me vengo a enterar de que no por ser bueno necesariamente te tienen que pasar cosas buenas, de que la frase tienes que luchar por tu felicidad es tan cierta como el agua de los ríos, si quieres cruzar tienes que actuar, puedes nadar construir un puente etc. el grado de complicación es diferente para cada ser vivo, siempre requerirá de una acción para poder cruzar por que estas de un lado y tu felicidad del otro.
En esta aventura llamada vida que no es mas que eso una gran aventura presencial con una bitácora de viaje que llamamos pasado y un plan de viaje que debería ser nuestro futuro donde uno no puede simplemente ser bueno, a veces tendrás que elegir que tan malo estas dispuesto a ser para lograr tu felicidad, es un sacrificio de tu parte buena que se entrega a la parte mala a cambio de obtener la ese bien intangible tan ansiado, según algunos son balanceados es decir ni muy buenos ni muy malos que para mi no son otra cosa que indefinidos ni chicha ni limonada y claro están los pocos buenos que si lo lograron hasta el final de sus días y la mayoría que conforman lo que llamamos gente con su naturaleza humana que no es diferente al de las langostas.
 

sábado, 9 de septiembre de 2017


Definición de cosmovisión

Cosmovisión
Antes de entrar de lleno en el análisis del significado del término cosmovisión, es interesante y fundamental que recurramos a establecer su origen etimológico. En este sentido, podríamos destacar que se trata de un neologismo, “Weltanschauung”, formado por palabras de la lengua alemana: “Welt”, que puede traducirse como “mundo”, y “anschauen”, que es sinónimo de “mirar”.
En concreto, se cree que fue el filósofo alemán Wilhelm Dilthey quien creó ese neologismo en el periodo comprendido entre finales del siglo XIX y principios del XX.
No obstante, no podemos pasar por alto tampoco que si optamos por recurrir al griego descubriremos que cosmovisión es una palabra que se encuentra conformada por “cosmos”, que es equivalente a “ordenar”, y el verbo “visio”, que significa “ver”.
Cosmovisión es la manera de ver e interpretar el mundo. Se trata del conjunto de creencias que permiten analizar y reconocer la realidad a partir de la propia existencia. Puede hablarse de la cosmovisión de una persona, una cultura, una época, etc.
Por ejemplo: “La cosmovisión azteca era muy compleja e incluía un fluido intercambio entre el mundo de los vivos y el mundo de los muertos”, “Los musulmanes más radicalizados tienen una cosmovisión muy distinta a la nuestra, pero eso es difícil entender sus acciones”, “Tienes una cosmovisión muy particular que no puedo aceptar”.
Es importante tener en cuenta que una cosmovisión es integral; es decir, abarca aspectos de todos los ámbitos de la vida. La religión, la moral, la filosofía y la política forman parte de una cosmovisión.
Las relaciones sociales, la cultura y la educación resultan claves a la hora del desarrollo de la cosmovisión individual. Los seres humanos son seres sociales y nadie crece totalmente aislado y ajeno al entorno.
Además de todo lo expuesto es importante subrayar que para que tengan lugar cosmovisiones y sean consideradas como tal se tienen que dar estas circunstancias y elementos:
• Algo existe.
• Todos los individuos buscan desesperadamente un punto de referencia que sea infinito, ya sea un Dios, el hombre, un sentimiento…
• El hecho de que existan dos afirmaciones totalmente contradictorias, indica que una de ellas no es verdadera.
• Cualquier persona practica la fe, cada una a su manera y en base a sus principios.
Así, es como tienen lugar las cosmovisiones que suelen girar en torno a cuestiones tales como qué le pasa a una persona cuando muere, qué existe y porqué, cómo se puede establecer que algo está bien o está mal, cuál es la existencia del ser humano…
El arte es un vehículo que permite expresar o reflejar la cosmovisión de una persona. A través de las manifestaciones artísticas, el sujeto plasma su representación del mundo y sus valores.
Puede decirse que las religiones, los sistemas filosóficos y las doctrinas políticas forman cosmovisiones, ya que aportan un marco interpretativo para interactuar con la realidad y desarrollar ciertos patrones éticos y morales. El cristianismo, el judaísmo, el islam, el humanismo y el marxismo, en ese sentido, pueden ser considerados como cosmovisiones. Aquellos que intentan imponer su cosmovisión por la fuerza y no aceptan la disidencia son conocidos como fundamentalistas.

Elite Dominante

Élite o elite ("minoría selecta o rectora")1​ es un grupo minoritario de personas que tienen un estatus superior al resto de las personas de la sociedad.2​ Elite, pertenecientes la isla griega del mismo nombre, sus atletas eran preparados de forma única. Dentro de una misma sociedad pueden existir distintas élites, dependiendo de los intereses particulares de cada una de ellas. La existencia de estas élites en plural se relaciona con la creciente diferenciación de la sociedad. En la medida que distintos campos sociales se van haciendo cada vez más autónomos (arte, economía, ciencia, política, etc.), van emergiendo élites sectoriales que defienden sus propios puntos de vista. Desde este ángulo, uno de los problemas centrales de las sociedades modernas es la integración horizontal, es decir, el mantenimiento de relaciones medianamente armónicas entre distintas élites sectoriales. Por otra parte, también presentan el desafío de la integración vertical, esto es, el establecimiento de un contacto fluido con el común de la población.
En la historia del pensamiento social este tema ha sido estudiado desde la antigüedad, a partir de conceptos de sabiduría y virtud. No obstante, es hacia fines del siglo XVIII y comienzos del XIX cuando la noción de élite cobra gran relevancia. La aparición del término élite en el francés está íntimamente relacionado con los ideales republicanos, en tanto el concepto simboliza la demanda de que quienes ejercen el poder deben ser escogidos "por sus virtudes y sus méritos" y no por su origen familiar.
En términos analíticos, los padres de una Teoría de élites son Caetano Mosca y Vilfredo Pareto, aún cuando algunos también consideran la relevancia fundacional de Robert Michels, sobre todo por su ley sobre la creciente oligarquización de los partidos políticos en particular y de las organizaciones sociales en general. Otro autor de gran relevancia es Wright Mills, que acuñó el concepto "élite de poder", que hace referencia al núcleo de poder que en Estados Unidos se produce entre las élites económicas, políticas y militares. José Ortega y Gasset reflexionó sobre la relación entre élites y masas en La rebelión de las masas (1930).
Desde el punto de vista del conservadurismo, y en general de las ideologías políticas escoradas a la derecha, existe cierto consenso en que las élites son necesarias en la sociedad y que sería más bien quimérico pensar en su inexistencia[cita requerida]. De hecho, con la caída del socialismo soviético, las élites vuelven lentamente a ocupar un lugar central en la teoría social. Lo propio de una teoría de élites es el acento del conflicto entre distintas élites, así como también la imputación de responsabilidad por el decurso que va adoptando la sociedad y, por último, el énfasis en la agencia antes que en la estructura. De hecho, las élites pueden ser concebidas como actores claves para posibilitar o impedir el cambio de una sociedad.

Índice

Etimología y acentuación

La palabra castellana "élite" proviene de la palabra francesa élite, y esta del latín eligere ("elegir" o "seleccionar"). En francés, el acento agudo no es un acento de intensidad, sino que indica que la e se pronuncia cerrada. En castellano se ha entendido erróneamente que el acento agudo de élite era de intensidad, por lo que normalmente se pronuncia como una palabra esdrújula, aunque por influencia del inglés, la versión sin acento en la primera e se lee simplemente como "Elit". La Real Academia Española admite tanto élite como elite. El Diccionario panhispánico de dudas recoge:3
élite o elite. Ambas acentuaciones son válidas. La voz francesa élite, que significa ‘minoría selecta o rectora’ y se pronuncia en francés [elít], se adaptó al español en la forma llana elite [elíte]; pero la grafía francesa élite, que circuló como extranjerismo durante un tiempo, dio lugar a que muchas personas pronunciasen esta voz francesa interpretando la tilde a la manera española, es decir, como palabra esdrújula. Aunque esta pronunciación es antietimológica, es hoy la más extendida incluso entre personas cultas; por ello, la grafía élite y la pronunciación esdrújula correspondiente se consideran también correctas.

Definiciones sociológica y psicológica

C. Wright Mills definió a mediados del siglo XX élite en un sentido sociológico: un grupo relativamente pequeño que controla las principales empresas, la política y el ejército. Se ha propuesto que en la actualidad la élite se define más bien en términos psicológicos: la mayoría de la población siente una carencia de seguridad, optimismo y confianza en las propias oportunidades, mientras que siente que un pequeño grupo es el responsable de tal carencia, por haber acumulado tales recursos en beneficio de ellos y perjuicio de la mayoría. Aunque no haya consenso en precisar quién forma esa élite, cada uno percibe de una forma personal si alguien pertenece a la élite cuando se le presenta por los medios de comunicación.4